Once realizadores y un artista sonoro construyen "Teoría de Cuerdas", relato audiovisual alejado de las convenciones narrativas tradicionales. Esta película surge a partir de una única premisa: trabajar las imágenes con absoluta libertad estética y narrativa sobre una banda sonora preexistente e inalterable.
“Podría pensarse que la gente ya está cansada de tontas canciones de amor / pero miro alrededor y veo que no es así”, cantaba Paul Mccartney. Y esos versos parecen guiar la cámara de Karin Idelson en esta exploración de, por llamarlas de algún modo, las “aplicaciones populares” de las canciones románticas.
Cropogo: “cro” de croquet, “po” de polo, “go” de golf. Esta mezcla es un deporte que se juega desde hace unas ocho décadas en Sierra de la Ventana. La película nos mete en ese mundo, de no pocos visos surreales y deportiva absurdidad.
Un joven decide autosecuestrarse. Se escapa de la escuela y se reencuentra con dos amigos que desconocen su plan.